Terapia Presencial VS Terapia en Línea
Hagamos un poco de memoria, y recordemos la pandemia. Esta época marcó un antes y un después para la modalidad de terapia disponible para los pacientes. El encierro, la imposibilidad de contacto humano, las noticias constantes que creaban confusión, ansiedad y depresión, orillo a mucha persona a buscar ayuda de maneras nuevas, y aunque desde antes ya existía la telemedicina y las sesiones en línea, era una modalidad muy poco socorrida.
La necesidad de comunicarnos unos con otros mientras el mundo exterior se paralizaba, nos llevó a buscar contactar con nuestros seres queridos, con las escuelas, el trabajo, con amigos, todo de manera virtual. Hoy ya nos hemos acostumbrado a hablar, trabajar y vivir en este mundo virtual para tener una consulta con el médico, a hacer clases, trabajar o contactar con la familia, especialmente si viven lejos, por videollamada.
Poco a poco, los psicólogos fuimos descubriendo nuevas plataformas como zoom, teams, whatts app, y fuimos descubriendo en ellas un aliado sencillo de usar que abría la consulta a un público amplísimo. Los pacientes también vieron que podían acceder a servicios de salud tan necesarios como el del psicólogo, sin moverse de su hogar o accediendo a estos servicios que quizá no estaban disponibles cerca de ellos.
En un estudio realizado en 2022, se vio que las solicitudes de terapia psicológica online habían aumentado un 70%, siendo las mujeres (7 de cada 10) el género mayoritario y los jóvenes (25-34 años) la franja de edad preferente.
En el caso de los jóvenes, existen varios factores que explican su inclinación por esta modalidad:
La brecha digital no les afecta.
Valoran la facilidad de acceso desde su teléfono móvil.
Son un grupo poblacional muy consciente de la necesidad de cuidar la salud mental.
En cuanto al género femenino, no se explica tanto por una preferencia de modalidad, sino porque las mujeres acuden mucho más al psicólogo que los hombres (70% frente a un 30%).
Otros estudios que encontramos: Revisión sistemática (Carlbring et al., 2018): Revisó una gran cantidad de investigaciones sobre la TCC en línea y concluyó que es tan efectiva como la TCC presencial para tratar trastornos de ansiedad, depresión, y otros problemas psicológicos. La revisión destacó que la terapia en línea tiene la ventaja de ser más accesible lo que puede mejorar la adherencia a largo plazo.
En el estudio comparativo (Andersson et al., 2014): un ensayo controlado aleatorio, los investigadores encontraron que la TCC en línea para trastornos de ansiedad era igual de efectiva que la terapia presencial, con mejoras similares en la reducción de síntomas y la calidad de vida del paciente.
Referente a la terapia de Pareja, investigaciones recientes han demostrado que las intervenciones en línea para parejas, incluidas aquellas basadas en el Método Gottman y terapia sistémica son efectivas, especialmente cuando las parejas necesitan flexibilidad para asistir a sesiones. Un estudio de Bradford et al. (2017) mostró que las parejas que recibieron terapia en línea experimentaron mejoras significativas en la satisfacción matrimonial, comparables a las parejas que recibieron terapia en persona.
Sin embargo, algunas investigaciones sugieren que en situaciones de conflicto severo o cuando existen problemas graves de comunicación, la terapia presencial puede ser más efectiva para facilitar intervenciones más dinámicas y presenciales.
Hablando de satisfacción del paciente en terapia en línea
Estudio de metaanálisis (Berryhill et al., 2019): Este análisis de 20 estudios encontró que los pacientes que recibieron terapia en línea reportaron niveles de satisfacción similares a aquellos que recibieron terapia presencial. Esto incluyó tanto individuos como parejas. La flexibilidad y la conveniencia fueron factores clave que contribuyeron a una alta satisfacción con la terapia en línea.
Resiliencia emocional en terapia en línea: Un estudio de Kauer et al. (2021) encontró que los pacientes en terapia en línea mostraban una mejora significativa en su capacidad para gestionar el estrés y la ansiedad, similar a los pacientes que acudían a terapia presencial. Los pacientes también reportaron sentir que se les brindaba el mismo nivel de apoyo emocional.
Hallazgos similares se encontraron en Intervenciones para autoestima y dependencia emocional.
En cuanto a las limitaciones y desafíos de la terapia en línea encontramos: un estudio sobre desafíos técnicos (Connolly et al., 2021): Aunque la terapia en línea es generalmente efectiva, este estudio resaltó que las dificultades técnicas (como problemas de conexión o falta de un espacio privado) pueden interferir en la calidad de la intervención terapéutica. Algunos pacientes también informaron sentirse menos conectados emocionalmente durante las sesiones en línea, en comparación con la terapia presencial.
¿Cómo funciona la terapia en línea?
En la terapia online la interacción entre el profesional de la salud y el paciente ocurre por medio del uso de herramientas digitales. El recurso más empleado es la videollamada, para la cual, se utilizan plataformas como Zoom, Google Meet y WhatsApp.
Para conectarse, el paciente solo necesita tener instalada la aplicación que vayan a utiliza, y contar con un lugar tranquilo y silencioso, donde tenga privacidad y esté libre de ruidos e interrupciones, exactamente igual como tendría si fuese a la consulta del experto.
Tipos de terapia online
Existen dos modalidades de psicoterapia utilizadas comúnmente que son la videollamada y la llamada. Al respecto, la psicóloga Laura Palomares explica lo siguiente:
Terapia online por videollamada: se utilizan micrófonos y cámaras que vienen incorporados al móvil, ordenador o dispositivo digital a emplear. “Estas sesiones pueden hacerse tanto a través de la interfaz de la web del centro de psicología o del psicólogo en cuestión, o directamente en programas especializados en videollamadas, como Skype y similares.”
Terapia por llamada: el único recurso para el intercambio de información es el sonido. “Por sus limitaciones, es recomendable no convertirla en el pilar central de todas las sesiones, dado que se pierden casi todos los datos relativos a la comunicación no verbal”. Esta última no es una opción tan recomendada, pues al no ver la cara del paciente se pierde mucha información no verbal que puede serle útil al psicólogo. Pero es importante señalar que hay personas que no quieren que los veas, y puede ser una manera de acceder a un tratamiento para casos muy específicos.
En condiciones habituales, elegir entre una opción u otra va a depender de muchos factores. Si una persona vive muy lejos de la consulta del psicólogo, acudir a la terapia online va a ser probablemente su mejor opción. Lo mismo ocurre si, por ejemplo, la persona tiene una agenda tan apretada que no le resulta fácil encontrar un hueco para cuidar de sí misma. También, la terapia om line puede ser útil para personas que no pueden acceder a un servicio de terapia en el área en la que ellos se encuentran, o los precios del lugar donde viven son muy diferentes a acceder a una terapia en otro país.
¿Cuál es la mejor opción? Seguramente aquella que más se ajuste a nuestra disponibilidad de tiempo, recursos y circunstancias de cada uno. Exploremos las ventajas y desventajas de cada modalidad:
Ventajas de la terapia presencial:
Conexión humana directa: El entorno físico facilita una conexión más cercana y empática.
Ambiente controlado: Al estar en un consultorio, el paciente se aleja de distracciones, lo que puede ayudar a concentrarse mejor en la sesión.
Lenguaje no verbal: Es más fácil captar el lenguaje corporal, que a menudo complementa la conversación verbal.
Desventajas de la terapia presencial:
Desplazamiento: Requiere tiempo y esfuerzo para trasladarse hasta el lugar de la terapia, lo que puede ser una barrera para algunas personas.
Flexibilidad: La ubicación física limita la disponibilidad de horarios y la posibilidad de asistir en situaciones de emergencia o imprevistos.
Ventajas de la terapia en línea:
Comodidad y accesibilidad: Se puede acceder desde cualquier lugar, lo que es ideal para personas con horarios complicados, movilidad limitada o que viven en áreas remotas.
Menor inhibición: Algunas personas pueden sentirse más cómodas hablando desde su propio espacio, lo que puede facilitar la apertura emocional.
Flexibilidad de horarios: Hay más opciones de horarios y es más fácil reprogramar sesiones.
Desventajas de la terapia en línea:
Conexión técnica: Las fallas de internet o tecnología pueden interrumpir el flujo de la sesión.
Falta de interacción física: Aunque las videollamadas permiten ver al paciente, se pierde algo de la riqueza del lenguaje corporal y la interacción cara a cara.
Desafíos en el entorno: Al estar en casa, pueden surgir distracciones o interrupciones que afecten la concentración.
Al explorar más a fondo la elección entre terapia presencial y terapia en línea, hay algunos factores clave adicionales que podrías considerar:
1. Tipo de intervención y modalidad terapéutica
Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC es muy adaptable a la terapia en línea porque se basa en técnicas estructuradas como ejercicios cognitivos y tareas conductuales que pueden realizarse de manera efectiva con herramientas digitales.
Terapia de pareja: La terapia en línea puede funcionar bien para parejas que necesitan flexibilidad, pero la presencial puede ser preferible cuando hay tensión, mucho enojo, emocional alta o problemas de comunicación severos, ya que facilita la intervención directa en tiempo real cuando surge un conflicto en sesión.
Autoestima, dependencia emocional y trauma: El proceso de trabajar en autoestima y dependencia emocional puede ser adecuado tanto en línea como presencial, pero la terapia presencial podría ofrecer una contención emocional más inmediata si el paciente enfrenta episodios de crisis.
2. Privacidad y confidencialidad
En terapia en línea, el entorno del paciente puede no ser tan controlado como en un consultorio. Es importante que el paciente tenga un espacio privado y libre de interrupciones. Algunas personas pueden sentirse expuestas si no pueden garantizar esta privacidad.
En terapia presencial, el consultorio ofrece un espacio seguro y confidencial que puede generar más confianza, especialmente cuando se discuten temas delicados.
3. Relación terapéutica y vínculo
La alianza terapéutica es fundamental en cualquier tipo de terapia, ya sea en línea o presencial. Estudios sugieren que la relación terapéutica puede establecerse de manera efectiva en ambas modalidades, pero:
En terapia presencial, la construcción del vínculo puede ser más rápida gracias a la interacción cara a cara, la proximidad y el lenguaje no verbal.
En terapia en línea, es importante poner más énfasis en mantener un clima de confianza, asegurarse de que la tecnología no se interponga en la comunicación, y estar consciente de las posibles barreras emocionales que la pantalla pueda imponer.
4. Compromiso y adherencia al tratamiento
La adherencia al tratamiento es un factor que puede variar:
En ambos casos, este es un factor que depende mucho del paciente y de la relación terapéutica existente. Ambas modalidades son efectivas, pero en terapia presencial, el desplazarse puede dificultar la adherencia.
Independientemente de la modalidad, es importante evaluar regularmente con cada paciente qué funciona mejor para ellos. En ocasiones, una combinación de ambas puede ser la solución efectiva.
CONCLUSIÓN:
En términos de efectividad para tratar trastornos de ansiedad, depresión, autoestima y problemas de pareja, ambas modalidades (presencial y en línea) son efectivas, con mejoras comparables en la salud mental y la satisfacción del paciente.
La terapia en línea tiene la ventaja de ofrecer mayor accesibilidad y flexibilidad, lo que puede mejorar la adherencia y continuidad de las sesiones.
Sin embargo, en casos más complejos o emocionalmente intensos, como conflictos graves en la terapia de pareja o crisis de dependencia emocional, la terapia presencial puede ofrecer una mayor contención y facilitar una intervención más profunda.
La elección entre la terapia online y la terapia presencial es una decisión personal que debe basarse en las necesidades individuales y las circunstancias específicas de cada persona. Ambas modalidades tienen sus propios pros y contras, y es importante sopesarlos cuidadosamente para determinar cuál es la opción más adecuada.
En ambos casos, lo que es totalmente seguro es que el psicólogo va a poner todos su conocimiento y recursos para ayudar al paciente a transitar el problema emocional o de salud mental que esté sufriendo de la mejor manera.